¿ATIENDES TUS EMOCIONES?
- mª jose boix

- 24 nov 2021
- 3 Min. de lectura
Aquella situación, persona o gesto que más te confronte, puede ser un punto de partida maravilloso para reconocerte y recordar Quién eres.
Da igual que aparezca en forma de Mamá, Papá, hij@, jefe, pareja o vecino del 5º, pérdida, ruptura o abandono.
Cualquiera que genere en nosotros una emoción, nos está mostrando un mensaje, de nosotros depende averiguar cuál es, o rechazarlo.
Deberíamos agradecer y averiguar que nos están queriendo decir esas emociones que nos suscitan "los otros".
Tomamos responsabilidad de muchas cosas, somos súper responsables en el trabajo, somos unos padres responsables, responsables con nuestras obligaciones, etc.
Sin embargo, cuando se trata de emociones, de forma que no es consciente, transferimos la responsabilidad de lo que sentimos a los demás.
Tendemos a trasladar la responsabilidad de lo que estamos sintiendo a la situación o personas, que, según nosotros, nos han hecho experimentar dicha emoción.
De ese modo, solemos decir: me has puesto triste, me has decepcionado, me has enfadado, o que feliz me haces, cuando lo correcto sería decir, estoy sintiendo tristeza a través de ti, o siento frustración a través de esta situación, o, estoy sintiendo amor, a través de ti.
Sentir paz, amor, ira, rabia, frustración, es algo “personal”, algo “nuestro”, que está para ser sentido, pero como no tenemos ni idea de porque lo sentimos, y nos asusta , o simplemente no nos gusta, le pasamos la “patata caliente” al “otro”.
También creemos que todo ese amor que sentimos por nuestras parejas o por ese trabajo maravilloso que he conseguido se debe a la persona o circunstancia en sí, entonces si ellos nos dejan o nos despiden del trabajo, nos sentimos “perdidos”, porque creemos que ese amor que hemos sentido, a través de ellos, se lo llevan puesto, o ya no voy a conseguir otro trabajo que me haga sentir tan feliz.
Ese amor, esa alegría, esa felicidad ya está en nosotros, o mejor dicho ese Amor, esa felicidad es lo que somos y lo experimentamos, nos experimentamos, en relación con los demás, por lo tanto, deberíamos estar agradecidos, de cada situación, circunstancia o persona que se nos cruce en el camino.
En el caso de que la emoción que sentimos sea de las “calificadas” como “negativas” tanto si la sensación que produce en nosotros es leve (un pequeño pinchazo de rabia, ira, frustración, tristeza) como si es fuerte (en estas solemos reaccionar más rápidamente), debemos recordar que esa emoción es nuestra y sólo nuestra, ya estaba en nosotros antes de encontrarnos con esa persona o situación, y gracias a ello ha salido a relucir, precisamente para eso, para ser vista, para ser sentida.
Sin embargo reaccionamos y ponemos el foco en lo que hay fuera, y de esa manera nos entretenemos en “echar culpas”, o hacer responsables de nuestra felicidad o infelicidad al exterior y así el ego, ese yo separado de todo y de todos, ha conseguido lo que quería, que no miremos adentro, porque en el momento que empecemos a mirar dentro de nosotros, ya no hay vuelta a atrás.
Si rechazamos o reaccionamos ante aquellas emociones que calificamos como “negativas”, acumularemos más y más tristeza, más y más dolor, más y más ira, porque en algún momento estamos llamados a mirarlo, el cuándo, lo vamos a decidir nosotros.
El momento de dejar de ser víctimas de lo que estamos sintiendo a ser responsables de ello es AHORA.
El Dr David R. Hawkings, en su libro Dejar ir nos lo expone perfectamente:
“Las emociones acumuladas bloquean el crecimiento espiritual y la conciencia, así como el éxito en muchas áreas de la vida”.

Anímate a sentir, anímate a vivir y si lo deseas Te acompaño



Comentarios