Atrévete a entrar

Lo primero con lo que te nos encontramos cuando comenzamos a cambiar victimismo por responsabilidad, es una casa abandonada, oscura, sucia, triste y lúgubre.

Esa casa, es nuestro propio interior, y nos vamos a encontrar con todo aquello que, aunque no lo recuerdes, has dejado abandonado y sin cuidar.

Hablo de nuestra tristeza, soledad, dolor, angustia….todo eso que nosotros decidimos experimentar en un instante, y que una vez decidido, optamos por rechazar, porque nos asustamos, nos atemorizamos.

Sin embargo, cuando a su debido tiempo, vayamos adentrándonos en cada habitación y vayamos limpiándola, ordenándola y aportándole toda la atención y cuidado que se merecen, nos daremos cuenta, que toda esa tristeza, dolor, angustia y desesperación sólo estaban esperando tu aceptación y cuidado.

Cada habitación se irá llenando de alegría, de verdad, de luz, a medida que nos decidamos a entrar en cada minúsculo rincón de ese interior al que tanto miedo nos daba entrar.

No nos demoremos más….cada habitación aguarda pacientemente tu llegada…. no entras sólo....estás acompañado por todo aquel que te encuentras en el camino....

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